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martes, 15 de mayo de 2012

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BASADO EN LAS ENSEÑANZAS DEL REBE NAJMÁN Lo primero que se debe hacer, para esto, es sentarse confortablemente. En su comentario al versículo primero del Libro de Ester, los Rabinos muestran una conexión entre la claridad y calma de la mente y el estar sentado: "Y fué en los días de Asueros ... cuando el Rey Asueros se sentaba en su trono real ... en el tercer año de su reinado..." (Ester 1:1-3). 

"Porqué se nos dice que estaba sentado?" preguntan los Rabies. "Significa que ahora su mente estaba asentada" (Meguila 2la). Sentarse en este sentido no significa sólo el acto físico de descansar el cuerpo. Sugiere el principio de hacer un alto en las actividades cotidianas para poder pensar y desentrañar los problemas. La palabra Hebrea que designa el sentarse, shevet, está conectada con la idea de Shabat, que es cuando hacemos una pausa y nos separamos de las actividades cotidianas para poder cultivar el espíritu.


   

 Para ser capaz de pensar con claridad encarar las situaciones, el cuerpo debe estar confortable y quieto. El término Hebreo que designa el estado de calma y mente aquietada, yishuv ha-daat, está unido al concepto de sentarse. Daat, comúnmente traducido como conocimiento, se refiere al estado de atención consciente, intelectual, emocional, meditativa, intuitiva, o a alguna de sus combinaciones. La palabra yishuv es un sustantivo proveniente de la raíz Hebrea yashav, que significa sentarse, descansar o habitar.

 

 El verbo yashav posee también una forma transitiva, le-yashev, que significa hacer que alguien o algo se siente, o habite. (Un buen equivalente en el idioma castellano sería el verbo "asentar," que puede ser utilizado de ambas formas, de manera intransitiva: "se asentó en un lugar" y de manera transitiva: "asentó a alguien en algún lugar"). Le-yashev et ha-daat significa, entonces, asentar la mente, preparar a la mente para recibir daat. Un yishuv es un asentamiento, y yishuv ha-daat significa el asentamiento de la conciencia, un marco mental definido y asentado.


   

Es importante comprender que la tensión corporal y la turbulencia mental se encuentran, la mayoría de las veces, profundamente enraizadas en uno o en varios factores físicos, emocionales, espirituales y ambientales. Las tensiones generadas por la vida contemporánea, las condiciones de trabajo, y los problemas diarios, con frecuencia se combinan, reforzando el conjunto de las poderosas barreras interiores, que se han ido construyendo desde la temprana niñez y a lo largo de nuestra educación y experiencias. A la larga, la única manera de lograr una profunda y duradera liberación, es mediante un completo proceso de autocomprensión y autotransformación. 


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