En Vivo

                                               

martes, 24 de mayo de 2011

Filon de Alejandria y La Kabbalah



La colonia judía, de Elefantina, en Egipto, era independiente de Jerusalem, contaba con un Templo y un sistema sacrificial com¬pleto. Otro templo judío en Egipto fue construido hacia 162 antes de Mashiaj; fue edificado sobre el modelo del de Jerusalem y subsis¬tió hasta el año 73 de la era común, ''aunque los jerosolimitanos nun¬ca hayan reconocido los sacrificios que se celebraban allí". La Diáspora egipcia adoptó rápidamente la civilización helenística y la lengua griega. En tales circunstancias se hizo necesaria una tra¬ducción de los Libros Sagrados al griego. A mediados del siglo III se emprendió esta traducción. Según una leyenda la hicieron 72 ancianos en 72 semanas. Por eso se la llama "Septuaginta" o ''de los Setenta". En la Septuaginta se pone de manifiesto de parte de los traductores una tendencia a suavizar los antropomorfismos de la Biblia. La noción de Elohim , inmutable y trascendente, aparece como compatible con la Razón.
La filosofía griega influyó en la cultura del judaismo alejandri¬no. La personalidad prominente del pensamiento judío en Egipto fue Filón de Alejandría, que vivió del año 20 antes de Cristo hasta el año 45 de la era común. En él, el pensamiento griego (sobre todo, estoico y platónico) se ha fusionado con la religión judía. La exégesis alegórica le permitió a Filón encontrar en el Pentateuco las ideas de la filosofía. Para Filón era cierto que Elohim es Creador del mundo, pero Filón vincula esta creencia a la doctrina platónica de las Ideas y a la doctrina estoica del Logos (Razón del mundo). "El primer día de la creación Elohim concibió en Su pensamiento o Su razón (Logos) el mundo de las Ideas, es decir, el mundo pensado, modelo del mundo sensible. Pero, al final de cuentas, el Logos es idéntico a la Sabiduría y a la Ley revelada. Elohim actúa mediante fuerzas o dynameis que participan del Logos. A veces Filón las asi¬mila a los ángeles. ''El hombre es la imagen de un hombre celestial o del Logos. Posee un cuerpo mortal y un alma inmortal. Así, ocupa un lugar intermediario entre el mundo divino y el mundo material. En este mundo vive en la ignorancia y la desobediencia; pero, por intermedio del Logos, puede tener parte en Elohim. La revelación bíblica, la Ley, fundamentalmente idéntica al orden del mundo, con¬duce al hombre por el camino de la perfección. Por el esfuerzo y la ciencia puede el hombre acercarse a Elohim . Pero sólo por la fe, es decir, por la convicción de que Elohim existe y la confianza en Su Providencia, puede tener una comunión real con El".
De esta manera Filón propone una síntesis de religión revelada y filosofía. La suya es una filosofía helénica por la forma y judía en su contenido.
En su libro La evolución del pensamiento judío señala Jacob Bernard Agus que la exposición de Filón no carece de matices del tipo de misticismo asociado con la. adoración egipcia de Isis, es de¬cir, el progreso de los santos hacia la perfección por medio de la unión con el principio femenino. El mismo Agus observa que la suposición de dos verdades, la de los iluminados místicos y la de los feligreses comunes, preparó el terreno para el surgimiento en siglos posteriores de ciertas peculiaridades del dogma cristiano. Al comen¬tar la aparición de los tres ángeles a Abraham, Filón escribe: ''De modo que, verdadera y propiamente dicho, la medida de todas las cosas inteligibles y de las sensibles es el Elohim Unico, que, si bien constituye una unidad en sí mismo, aparece como una trinidad a causa de la debilidad de los observadores".
En sus reflexiones Filón postula una unidad orgánica interior de esa enseñanza secreta que se relaciona con la Ley escrita del mismo modo que el alma se relaciona con el cuerpo. "Así, agrega Agus, los judíos helenísticos no dejaban de estar preparados para un mensaje que opondría el espíritu a la letra''.
Los sabios palestinos no incluyeron los textos de Filón en los escritos sagrados del pueblo judío. Sin embargo, las ideas básicas de Filón, a través de conductos subterráneos, hallaron eco en pasajes diseminados del Talmud y del Midrasch (Comentario). Aunque en formas muy modificadas, las doctrinas de Filón reaparecen en obras precabalísticas y en las de la Cabala de siglos posteriores. Pe¬ro, fue en los ambientes intelectuales cristianos donde obtuvieron más resonancia las enseñanzas de Filón.
Dos características distinguen particularmente a la religión de Filón de Alejandría: su método de interpretación de la Escritura por alegorías y sus teorías sobre seres intermediarios entre Dios y el mun¬do y sobre el Logos,. El vocablo Logos es la traducción griega del vocablo hebreo ''Davar", al cual también los rabíes prestaron aten¬ción. Filón emplea el vocablo Logos con distintas acepciones; en ocasiones habla de logoi como designación de los ángeles, en plural. Logos es para él el instrumento de creación, o como lo primero creado o el Creador mismo. Tenía Filón una elevadísima estimación por la figura de Moisés y a él dedicó uno de sus libros. La Ley mosaica era para él como una reflexión y continuación de la ley de acuerdo con la cual fueron creados cielo y tierra. Filón influyó en el misticismo judío menos que en el cristiano.
Recuérdese que el misticismo es algo esencial en la literatura apocalíptica. Esta literatura comienza con pasajes de ciertos libros de la Biblia y continúa en escritos no incluidos en el canon hebreo. Reaparece en el Nuevo Testamento, en el Apocalipsis de Juan. Tam¬bién en otros escritos asume formas cristianas. Se trata de composiciones en las cuales a uno ojeada en el mundo suprasensible de Elohim y los ángeles, concedida al místico, en un sueño o visión, sigue un cuadro del futuro y del fin postrero de Israel y la humanidad. El mismo tema constituye la parte más importante en el misticismo judío más antiguo, el misticismo de "Maasé Merkabá", misticismo de la Carroza o del Carro Celestial. En la literatura apocalíptica se presenta en la modalidad de narraciones concernientes a personali¬dades humanas o casi sobrehumanas a quienes se adjudica tal visión. Trátase de personajes de la tradición bíblica: Adán, Abraham, Isaac, los doce hijos de Jacob, Moisés, Elias, Baruj el discípulo del profeta Jeremías, Sofonías, Daniel, Ezra y, prominente frente a todos, la figura de Enoch. Respecto de este último la Biblia informa que no murió, que Elohim lo tomó de la tierra y que el "muchacho", con el nombre de Metatrón, fue ascendido al lugar principal entre todos los seres angelicales. Para Ernst Müller, el libro que lleva el nombre de Enoch es en cierto modo el ámbito clásico de la ''Maasé Merkabá" del misticismo de la Carroza Celestial. Los puntos que ponen en contacto la visión apocalíptica con el misticismo judío son la enfatización ocasional de las letras del alfabeto como elementos creado¬res y la tendencia al antropomorfismo en la descripción de las reve¬laciones de la. Divinidad. Muestra también afición a lo gigantesco en medidas de tiempo y espacio. La enseñanza apocalíptica ha de¬jado su huella en el misticismo judío y, aun, en la liturgia judía.

0 comentarios:

Publicar un comentario